lunes, 11 de marzo de 2013

Crónica. Capítulo 3: El Cairo. Sesión 2: Secretos oscuros

Tarde del viernes 10 de Abril de 1925

Los investigadores abandonan El Boletín de El Cairo y se dirigen al Museo Egipcio para entrevistarse con el Dr. Alí Kafour, a excepción de Connors, que se ausenta con el pretexto de ir a correos para enviar una carta a su hermana, y Bishop, que decide ir a las oficinas de algún periódico editado en árabe para buscar alguna noticia sobre el incendio en la tienda de Faraz Najir.

Tras sortear una horda de vendedores y pedigüeños llegan al museo y son conducidos al despacho de Alí Kafour. Allí se encuentran que el conservador está intentando deshacerse de un insistente sacerdote italiano que pretende conseguir acceso a la colección de textos de ocultismo del museo. La llegada de los investigadores sirve al egipcio como pretexto para despachar al clérigo.

El Dr. Alí Kafour

Los investigadores hacen preguntas sobre la Expedición Carlyle y Sir Aubrey Penhew y Kafour responde con sinceridad, pero con cierta cautela, hasta que sacan el tema del Faraón Negro. Entonces, parece interesarse realmente por la  conversación y les cuenta la leyenda del Faraón Negro con pelos y señales. Al parecer, en tiempos de la Tercera Dinastía, un hombre llamado Nefren-Ka, venido de la ciudad maldita de Irem, fundó una secta que adoraba al Faraón Negro y acabó haciéndose con el control del país. Pronto el dios y el sacerdote fueron intercambiables en las mentes de la gente. Finalmente, Nefren-Ka fue derrotado por Seneferu, quien se dice que sepultó su cuerpo bajo la Pirámide Acodada, para proteger a Egipto de la magia que emanaba de su cadáver. Se dice también que la Reina Nitocris de la Sexta Dinastía estuvo aliada con una nueva secta del Faraón Negro, y que, cuando finalmente fue derrotada, fue enterrada viva. Kafour está convencido de que esta leyenda es real, y que fue su cuerpo el que fue desenterrado por la fundación Clive y posteriormente desapareció en extrañas circunstancias. Cree que esto se relaciona de algún modo con una profecía que predice la llegada de Nyarlathotep -pues éste es el verdadero nombre del Faraón Negro, y este conocimiento resulta chocante para los investigadores- dos mil años después del "gran hombre bueno" -Jesús-.

Ante las preguntas de los investigadores, Kafour admite que la mayoría de sus conocimientos proceden de un mismo volumen, un tomo prohibido que pertenece a una colección secreta del museo. Ante su insistencia, admite que se trata del infame Kitab Al-Azif, y, finalmente, accede a que la Doctora Zimmerman le eche un vistazo, tras advertirla del peligro que supone para su alma y su salud mental. Acuerdan que la doctora volverá al día siguiente para consultarlo.

Mientras tanto, Bishop encuentra un artículo sobre el incendio en la Calle de los Chacales, pero no aporta información nueva. Antes de regresar al hotel, compra ropa árabe para todos sus compañeros.

De regreso al hotel, los investigadores se encuentran con la carta de renuncia de Connors, que ha decidido coger el poco dinero que tiene y las armas que Bishop compró para él y emprender el regreso a Nueva York -vía Inglaterra, la inteligencia nunca fue el fuerte del mercenario-. También se topan de nuevo con el sacerdote, quien al parecer se hospeda también en el Shepheard's, y se presenta como Matteo Bondini, un estudioso de la historia de las religiones llegado desde el Vaticano. Ya que habían decidido ir a visitar las pirámides de Giza, le invitan a acompañarles.

Tras un accidentado viaje en tranvía, en el que los investigadores están a punto de enzarzarse en una pelea con un grupo de lugareños indignados por la presencia de mujeres en el compartimento de los hombres, llegan a Giza y contratan varios camellos para dar una vuelta por el lugar. Se maravillan contemplando la esfinge y las enormes pirámides de Kefren y Keops, y descubren que la entrada a pirámide de Menkaure, de la que desapareció el supuesto cuerpo de la Reina Nitocris, está guardada por un par de soldados egipcios a cuyo oficial al mando seguramente puedan sobornar.

Giza

De vuelta al hotel, aprovechan para leer los tomos y pergaminos que poseen y hecharles un vistazo a algunos de los extraños artefactos sustraídos en la finca de Gavigan antes de dormir.

Mañana del sábado 11 de abril de 1925

Bishop y Rivers acompañan a la Dra. Zimmerman al museo, puesto que recorrer las calles de El Cairo es alggo arriesgado para una mujer sola. Tras dejarla allí, Bishop vuelve al periódico árabe y Rivers se dirige al Boletín de El Cairo.

Por su parte, el Dr. Foley y Rita se dirigen al Club Turf -el Doctor adquiere un carnet de socio temporal en la recepción del hotel- para preguntar por Omar Shakti, quien cenó allí con la Expedición Carlyle.

En el museo, los Doctores Kafour y Zimmerman se dirigen al depósito donde Kafour guarda la colección de ocultismo cuando se topan de nuevo con el Padre Bondini, que vuelve a insistir en ver los textos esotéricos del museo. Finalmente, Kafour da su brazo a torcer y lleva a sus dos invitados a la cámara subterránea secreta donde guarda las reliquias a su cargo. Tras abrir una puertas blindadas de combinación, les conduce a través de estanterías llenas de artefactos de lo más variopinto hasta una biblioteca, en la que entrega al sacerdote una edición árabe del libro egipto de los muertos para que se entretenga mientras se lleva a la doctora a otra estantería. Abre una caja fuerte oculta tras la estantería y le entrega con aire reverente el Al Azif.

Kitab Al Azif, el Necronomicon original
Viendo que tan solo hojear ese grueso tomo manuscrito le llevaría días, la doctora decide simplemente consultarlo en busca de información sobre Nyarlathothep. En las páginas de ese horrible tomo, aprende, entre otras cosas que Nyarlathotep es el mensajero de los Dioses Exteriores, y que sus distintas facetas o "máscaras" son adoradas por diversos cultos a lo largo y ancho del mundo, como la secta de la Mujer Abotargada en oriente, la de la Lengua Sangrienta en el África negra y la del Faraón Negro, aquí en el Cairo.

Mientras tanto, el sacerdote es superado por el farragoso árabe medieval del Libro de los Muertos.

En el Boletín de El Cairo, Rivers logra persuadir a Nigel Wassif de que le deje usar el laboratorio de revelado del periódico para revelar todas las fotos que ha estado haciendo a lo largo de la investigación. Bishop, tras no encontrar nada relevante en el periódico, decide volver a la Calle de los Chacales e interrogar a uno de los tenderos sobre el paradero de Najir. Éste, asustado, se niega a revelar lo que sabe, pero le dice que pregunte a la policía, puesto que tiene un registro de todos los vendedores de actividades. Así lo hace, y un amable agente le comunica que la nueva tienda de Najir está ubicada en la Calle de los Alfareros.

Por su parte, el Doctor y Rita, tras marear a uno de los camareros del Club, logran convencer a un industrial británico para que les concierte una cita con Omar Shakti dentro de unos días.

Cuando todos regresan al hotel, deciden que irán a visitar a Faraz Najir esa misma tarde.

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